sábado, 12 de marzo de 2011

croquis, plano

Un croquis es un dibujo que esboza una imagen o una idea, confeccionado a mano alzada o copiado de un modelo, previo a la ejecución del dibujo definitivo o de alguna obra de arte. Puede ser considerado un bosquejo inicial o un ejercicio de observación y técnica previo a la realización de una obra. Generalmente, no suele ser muy exacto y a veces sólo es legible para el autor.
Los croquis de un modelo son dibujos hechos a partir de un objeto, como un molde de plástico, arcilla, u otro material sólido. Algunos son de modelos de animales, paisajes, montañas, mares, ríos, o regiones geográficas.
También se consideran croquis, según el DRAE, el "diseño ligero de un terreno, paisaje o posición militar, que se hace a ojo y sin valerse de instrumentos geométricos".
La técnica de Croquis debe ser aplicada tomando en cuenta las líneas principales de un dibujo, hablamos de la gestalt de la forma; por lo tanto para un ojo educado la ejecución debe realizarse en corto tiempo, ya que solo hacen falta un par de líneas para identificar el objeto representado. Ver Tauromaquias de picasso.Un croquis es un dibujo que esboza una imagen o una idea, confeccionado a mano alzada o copiado de un modelo, previo a la ejecución del dibujo definitivo o de alguna obra de arte. Puede ser considerado un bosquejo inicial o un ejercicio de observación y técnica previo a la realización de una obra. Generalmente, no suele ser muy exacto y a veces sólo es legible para el autor.
Los croquis de un modelo son dibujos hechos a partir de un objeto, como un molde de plástico, arcilla, u otro material sólido. Algunos son de modelos de animales, paisajes, montañas, mares, ríos, o regiones geográficas.
También se consideran croquis, según el DRAE, el "diseño ligero de un terreno, paisaje o posición militar, que se hace a ojo y sin valerse de instrumentos geométricos".[1]
La técnica de Croquis debe ser aplicada tomando en cuenta las líneas principales de un dibujo, hablamos de la gestalt de la forma; por lo tanto para un ojo educado la ejecución debe realizarse en corto tiempo, ya que solo hacen falta un par de líneas para identificar el objeto representado. Ver Tauromaquias de picasso.





Plano

Un plano, es el ente ideal que sólo posee dos dimensiones, y contiene infinitos puntos y rectas.
En cartografía un plano es una representación cartográfica de una región suficientemente pequeña como para poder suponer que la superficie terrestre es plana.
Plano urbano, que representa una ciudad.
También se denomina plano a la representación de la planta de un edificio, así como a las representaciones y esquemas de los diseños industriales.
Son representados en escala de 1:50.000 o 1:25.000; son más detallados (que los mapas) y permiten distinguir ciudades emplazadas. N. del V. S. N 09-06-09 O contienen información sobre asentamientos humanos y resalta lo mas importante del medio natural
Un elemento esencial del montaje audiovisual. Consultar Plano (lenguaje audiovisual) y plano de presencia (sonido)



Boceto
Un boceto, también llamado esbozo o borrador, es un dibujo realizado de forma esquemática y sin preocuparse de los detalles o terminaciones para representar ideas, lugares, personas u objetos.
Un boceto es un dibujo hecho a mano alzada, utilizando lápiz, papel y goma de borrar, realizado generalmente sin instrumentos de dibujo auxiliares. Puede ser un primer apunte del objeto ideado que aún no está totalmente definido. Se pueden utilizar tanto técnicas de perspectiva como vistas ortogonales. Es un dibujo rápido de lo que luego llegará a ser un dibujo definido o la obra de arte final en sí.

Funciones
El boceto cumple diversas funciones. Los bocetos pueden ser, por ejemplo, dibujos detallados que copian formas de la naturaleza o de otras obras de arte con el fin de estudiar su estructura o composición.
El boceto, en el ámbito de las artes gráficas, no es muy diferente del concepto de borrador de un documento escrito. Permite la realización de un estudio para otro tipo de trabajos, como arquitectura, escultura o pintura mural, anticipándose a complicaciones que puedan surgir al momento de finalizar un trabajo o mostrando los errores de planteamiento que hayas podido tener. Además, te permite estudiar los puntos principales o los ejes de tus diseños y/o creaciones.
En pintura se pueden realizar dibujos previos que luego se pasan a la pared midiendo, o pinchando a lo largo de las líneas del boceto, de manera que se obtiene, ya en el muro, un dibujo a puntos que se completa uniéndolos para reproducir las líneas del dibujo.
En historieta, es el inicio de lo que sería su fase gráfica de producción: El dibujante recibe el guión del guionista y, siguiendo las anotaciones escritas en este, dibuja las páginas del cómic. Sin embargo, antes de dibujar las páginas definitivas de la obra, el propio dibujante debe reflexionar varias veces sobre la historia y sobre como reflejarla. En ocasiones este trabajo depende enteramente del dibujante, otras veces, sin embargo, también es posible que el guionista deseara una interpretación concreta, en cuyo caso, esto se refleja en el propio guión.
En cualquier caso, el dibujante sigue teniendo libertad suficiente a la hora de plasmar gráficamente el guión como para no ser capaz de sacar el mayor partido posible a sus habilidades a la primera. Para ello, el artista debe realizar una serie de bocetos que reflejen la historia. Normalmente, son representaciones gráficas burdas, llenas de anotaciones a mano, flechas de movimiento, líneas y símbolos que solo tienen sentido para el propio dibujante.
Un buen proceso de bocetaje, con diversas remesas de borradores, es clave para obtener un buen resultado a la hora de dibujar un lápiz final. El borrador final que el dibujante considere el mejor o el más apropiado, no solo le permite esquematizar su trabajo, también le permite no trabajar de memoria y centrarse más en obtener un buen acado en la obra a la hora de realizar la página definitiva que se denomina "lápiz final", ya mencionado anteriormente.

pintura rupestre
Una pintura rupestre es todo dibujo o boceto prehistórico existente en algunas rocas y cavernas. El término «rupestre» deriva del latín rupestris, y éste de rupes (roca), aunque también es sinónimo de primitivo. De modo que, en un sentido estricto, rupestre haría referencia a cualquier actividad humana sobre las paredes de cavernas, covachas, abrigos rocosos e, incluso farallones o barrancos, etc. Desde este aspecto, es prácticamente imposible aislar las manifestaciones pictóricas de otras representaciones del arte prehistórico como los grabados, las esculturas y los petroglifos, grabados sobre piedra mediante percusión o erosión. Al estar protegidas de la erosión por la naturaleza del soporte, las pinturas rupestres han resistido el pasar de los siglos.
Se trata de una de las manifestaciones artísticas más antiguas de las que se tiene constancia, ya que, al menos, existen testimonios datados hasta los 40.000 años de antigüedad, es decir, durante la última glaciación. Por otra parte, aunque la pintura rupestre es esencialmente una expresión espiritual primitiva, ésta se puede ubicar en casi todas las épocas de la historia del ser humano y en todos los continentes exceptuando la Antártida. Las más antiguas manifestaciones y las de mayor relevancia se encuentran en España y Francia. Se corresponden con el periodo de transición del Paleolítico al Neolítico. Del primero de los periodos citados son las extraordinarias pinturas de la Cueva de Altamira, situadas en Santillana del Mar, Cantabria (España).
Estas pinturas — y las otras manifestaciones asociadas — revelan que el ser humano, desde tiempos prehistóricos, organizó un sistema de representación artística, se cree, en general, que está relacionado con prácticas de carácter mágico-religiosas para propiciar la caza. Dado el alcance cronológico y geográfico de este fenómeno, es difícil, por no decir, imposible, proponer generalizaciones. Por ejemplo, en ciertos casos las obras rupestres se dan en zonas recónditas de la cueva o en lugares difícilmente accesibles; hay otros, en cambio, en los que éstas están a la vista y en zonas expeditas y despejadas. Cuando la decoración está apartada de los sitios ocupados por el asentamiento se plantea el concepto de santuario cuyo carácter latente subraya su significado religioso o fuera de lo cotidiano. En los casos en los que la pintura aparece en contextos domésticos es necesario replantear esta noción y considerar la completa integración del arte, la religión y la vida cotidiana del ser humano primitivo.



Código maya
La escritura maya, común y equívocamente llamada jeroglíficos mayas, fue el sistema de escritura usado por la civilización maya precolombina en Mesoamérica, siendo el único sistema de escritura descifrado de los sistemas de escritura mesoamericanos. Las primeras inscripciones que son identificables como mayas datan del siglo III a. C., y la escritura fue usada hasta un poco después de la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI (e incluso luego en lugares como Tayasal). La escritura maya usaba logogramas complementados por un juego de glifos silábicos, con funciones similares a los de la escritura japonesa. La escritura maya fue llamada "jeroglífica" por los antiguos exploradores europeos de los siglos XVIII y XIX, quienes no la entendían, pero encontraron que tenía reminiscentes similitudes en su apariencia con los jeroglíficos egipcios, con los que la escritura maya no está relacionada.

Estructura


Inscripción en glifos mayas de la localidad de Naranjo, refiriéndose al reinado de Itzamnaaj K'awil, 784-810.
La escritura maya se compone de un complejo conjunto de glifos que laboriosamente se pintaban en cerámica, muros o códices, se tallaban en madera o piedra, o se moldeaban en estuco. Los glifos tallados y moldeados también se pintaban, aunque con frecuencia la pintura se deterioraba hasta perderse.
Actualmente unos tres cuartos o un poco más de las inscripciones mayas se han podido descifrar con variados grados de certidumbre, lo suficiente como para dar una idea panorámica de su estructura.
La escritura maya era un sistema logosilábico. Los símbolos individuales ("glifos") podían representar bien una palabra (normalmente un morfema) o una sílaba; a decir verdad, el mismo glifo confrecuencia podía usarse de las dos formas. Por ejemplo, el glifo calendárico MANIK’ se usaba asimismo para representar la sílaba chi. (Por convención se escriben las lecturas logográficas en mayúsculas y las lecturas fonéticas en cursiva (itálica). Es posible, pero no está comprobado, que estas lecturas conflictivas se originaran al ser adaptada esta escritura a nuevos idiomas, como sucedió con los caracteres Han para el japonés (kanji). Igualmente hubo ambigüedad en sentido contrario: glifos diferentes se podían leer de la misma manera. Por ejemplo, media docena de glifos sin relación aparente se empleaban para escribir el pronombre de tercera persona u-, de uso muy común. La put maya se escribía usualmente en bloques organizados en columnas de dos bloques de ancho, y se leían de la siguiente forma:





Jeroglíficos egipcios


Los jeroglíficos son sistema de escritura inventado por los antiguos egipcios para comunicarse. Fue utilizado desde la época predinástica hasta el siglo IV. Los antiguos egipcios usaron tres tipos básicos de escritura: jeroglífica, hierática y demótica; esta última corresponde al periodo tardío de Egipto.
Es un sistema complejo, una escritura al mismo tiempo figurativa, simbólica y fonética, en un mismo texto, una misma frase, prácticamente casi diría en una misma palabra.
Se caracteriza por el uso de signos, cuyo significado se conoce gracias al descifrado de los textos contenidos en la Piedra de Rosetta, que fue encontrada en 1799, en la que está grabado un decreto en tres tipos de escritura: jeroglífica, demótica y griega uncial. Conseguir descifrar este documento se lo debemos a los estudios realizados por Thomas Young y, fundamentalmente, a Jean-François Champollion quien logró descifrar el método de su lectura en 1822, 23 años después de ser descubierta la piedra.
Por extensión, también se ha dado el nombre de signo jeroglífico a algunos de los grafemas de la escritura cuneiforme y otras. La razón está en que esos pocos signos no usarían el principio fonético, sino el principio ideográfico de representación de la escritura

Etimología

La palabra jeroglífico proviene de las raíces griegas ἱερός (hierós, "sagrado") y γλύφειν (glýfein, "grabar").

Historia y evolución

Se estima que la escritura jeroglífica se comenzó a utilizar hacia 3300 a. C., aproximadamente en la misma época en la que surgió la escritura cuneiforme en Mesopotamia. Fue empleada durante más de 3600 años, pues la última inscripción conocida se graba el 24 de agosto de 394 y se encuentra en el templo de File.
Desde la época del Imperio Antiguo, la escritura jeroglífica egipcia fue un sistema en el que se mezclaban ideogramas, signos consonánticos (simples, dobles, triples e incluso de cuatro o más consonantes) y determinantes (signos mudos que indicaban a qué familia conceptual pertenece una palabra). A partir de la dinastía XVIII, los escribas empezaron a usar cierto número de signos consonánticos dobles silábicos (sȝ, bȝ, kȝ etc.) para transcribir los nombres semíticos o de dicho origen, pero este tipo de escritura quedó exclusivamente restringido a tal ámbito.
Los símbolos eran también figurativos: representaban algo tangible, a menudo fácil de reconocer, incluso para alguien que no conociese el significado del mismo. Y es que, para diseñar la escritura jeroglífica, los egipcios se inspiraron en su entorno: objetos de la vida cotidiana, animales, plantas, partes del cuerpo, etc. Durante el Antiguo, Medio y Nuevo Imperio se calcula que existían alrededor de 700 símbolos jeroglíficos, mientras que en la época greco-latina, su número aumentó a más de 6.000.
Los jeroglíficos se grababan en piedra y madera, o bien, en el caso de la escritura hierática y demótica, con cálamo y tinta sobre papiros, ostraca, o soportes menos perdurables.
El empleo de los jeroglíficos grabados se limitaba a los dominios en los que la estética o el valor mágico de las palabras adquirían relevancia: fórmulas de ofrendas, frescos funerarios, textos religiosos, inscripciones oficiales, etc.
La escritura hierática era de grafía más sencilla, reservada a documentos administrativos o privados y generalmente utilizada sobre papiro, ostracon (fragmentos cerámicos) e incluso tablillas de madera. Los egiptólogos las distinguen de los llamados jeroglíficos lineales, que se pintaban sobre los sarcófagos de madera y en los textos del "Libro de los Muertos". Los jeroglíficos lineales conservan el aspecto figurativo de los jeroglíficos grabados, pero los trazos son mucho menos precisos que estos últimos.








  






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